Mis lecturas – enero 2018

Lecturas enero 2018
Primera ley de Munroe: siempre incluye citas

Leo. Y no me refiero a mi signo del zodíaco sino a mi afición principal. Me encanta leer, y desde que me compré el Kindle leo cada vez más. Una buena parte de mis lecturas son libros de ciencia y divulgación (sólo una parte, que no me gusta encasillarme), y si estáis leyendo esto es porque es probable que también a tí te guste ese tipo de literatura, así que creo que puede seros útil saber qué leo y qué opinión tengo de lo que leo. En consecuencia, a partir de hoy voy a compartir mis experiencias lectoras con vosotros con la etiqueta “Mis lecturas”, de aparición mensual.

Antes ahí va una advertencia: mis sugerencias son muy personales y deben tomarse por lo que valen. No son ni una recomendación ni un sello de calidad, nada de eso; son, sencillamente, opiniones sobre lo que me han parecido los libros que he leído. Que nadie se escandalice si hago picadillo de su lectura preferida, y si lo alguien me pone en su lista negra yo no quiero saberlo (ya tengo bastantes líos con mi hermana por el tema Juego de Tronos).

En un principio me hice una clasificación muy sencilla: molan o no molan. Pronto añadí una tercera sección de “ni mola ni deja de molar”, y luego una cuarta de “no leídos”; sí, la vida es corta y no estoy dispuesto a perder el tiempo en un tocho de libro que no me guste. Para sistematizar mi opinión de lector, finalmente he escogido dar una nota (que para eso soy profe) según el siguiente baremo:

– SOBRESALIENTE. Me ha entusiasmado, ojalá hubiera más como este

– NOTABLE. Ameno e interesante, recomiendo su lectura

– APROBADO. No es para tirar cohetes pero se deja leer

– SUSPENSO. Lo considero un rollo y ojalá no me hubiese puesto a leerlo

– NO PRESENTADO. Ni siquiera lo terminé de leer así que paso

Vamos allá, sin ningún orden en partiular. Este mes he tenido la suerte de tropezarme no con uno sino con dos libros excelentes sobre divulgación

– “¿QUÉ PASARÍA SI…?” (Randall Munroe). El creador de los cómics xkcd.com ha escrito un delicioso libro sobre todo tipo de preguntas alocadas que le han hecho con el tiempo, del tipo “¿podríamos hacer un puente entre Nueva York y Londres usando piezas de Lego?” o “¿qué pasaría si un lanzador de béisbol tirase una pelota al 90% de la velocidad de la luz” Lo bueno es que, mientras que las preguntas son una locura, las respuestas están perfectamente bien razonadas y argumentadas. La física y las matemáticas nos dicen por qué FedEx tiene más ancho de banda de Internet o qué sucedería si apilásemos un mol de topos (moles en inglés). Gracias a este libro me he enterado de que el autor es físico e ingeniero, y que trabajó en la NASA. Se le nota.

Sólo tengo una pega que ponerle al libro: tiene demasiadas notas a pie de página (muchas de ellas prescindibles aunque divertidas), y eso quizá ralentice algo el ritmo de lectura. Yo tengo además un problema con este libro: es deprimentemente magnífico. Tengo que añadir a Munroe a mi lista de gente a la que quiero parecerme cuando sea mayor. La nota, por supuesto, es SOBRESALIENTE.

A WORLD OF VIRUSES” (Carl Zimmer). Este no es el primer libro sobre virus que he leído, pero es uno de los más interesantes. El autor ha conseguido concentrar gran cantidad de datos interesantes sobre virus en un libro corto y fácil de leer, haciendo un recorrido didáctico por los principales tipos de virus, sus características y efectos. Otros libros de esta temática te dejan pensando cómo es posible que los humanos sigamos vivos en un mundo tan repleto de virus, pero este te plantea lo contrario. Según parece, los virus han sido crucial en etapas del desarrollo de la vida en la Tierra, ayudando a compartir cadenas de ADN. Lectura sencilla y a nivel riguroso pero al misma tiempo divulgativo. Me quedé encantado con esta lectura, así que SOBRESALIENTE.

De momento eso es todo lo que he leído de ciencia (tengo un tochazo a punto de terminar, pero eso va al mes que viene). Con todo, no es lo único que he leído, así que aquí van mis lecturas no-científicas de este mes.

CONGO (Michael Crichton). Este autor ya escribió La Amenaza de Andrómeda, que me encantó como película. Ahora me he leído el libro en que se basó la película Congo (1995). El libro es de finales de los setenta y se notan las diferencias, a veces para bien a veces para mal. Aunque se parece bastante a la película (que yo ya había visto) tiene algunas diferencias que mantienen el suspense. Me gusta el estilo del autor, la forma en que nos sumerge en la acción, la abundancia de “referencias” en literatura científica inventada que se incluye para darle una pátina de verosimilitud, su planteamiento de la tecnología futura como paradigma de cambio social. No es que me haya dejado encandilado, pero me ha resultado lectura entretenida. NOTABLE.

“MEMORIAS DE UN BEDUINO EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS” (José Antonio Labordeta). Este cantautor metido a parlamentario nos escribió en 2009 sus vivencias como miembro del Congreso por la Chunta [CORRECCIÓN: la primera vez puse “chunga” por error] Aragonesista, y me ha resultado todo un descubrimiento. Por medio de sus ojos he descubierto bastantes figuras públicas, algunas denostadas otras ensalzadas, y he visto lo diferente que son las bambalinas del Congreso, muy diferente de la fachada que vemos todos los días en el Telediario; diferencias que se acentúan cuando eres un diputado regionalista mezclado en el Grupo Mixto en la época de la mayoría absoluta de Aznar.

No puedo darle mi máxima calificación porque Labordeta me ha dejado con la miel en los labios. Seguro que sus ocho años en el Congreso dieron para mucho, y su libro podía haberse cuadruplicado fácilmente manteniendo el interés del lector. No sé, es como si nos hubiese dejado con hambre a sabiendas. Ojalá se hubiese explayado más. Otro problema es de índole más personal: estaba ya a mitad de su lectura en el hospital cuando falleció mi suegra. Por supuesto eso no es culpa de Labordeta, pero eso me impide recordar su libro con el afecto que se merece. Aun así, le agradezco al autor que me ayudase a endulzar el mal trago. NOTABLE.

“CALOR DESNUDO” (Richard Castle). En realidad el autor no existe. Castle es una serie de ficción en la que el protagonista se pega a una bella y sagaz detective (Kate Beckett, que tampoco existe) para escribir un libro llamado Calor desnudo. En algún momento los productores de la serie decidieron que sería una buena idea publicar un libro para que pareciese como si Richard Castle existiese de verdad. Calor desnudo cuenta con algunos elementos comunes a diversos episodios de la serie Castle, pero tiene su propio desarrollo y desenlace. Tenía curiosidad por ver cómo era el libro, y ya he satisfecho mi curiosidad. Bueno, el caso es que Castle no es Patterson ni Connelly pero el libro se deja leer y entretiene. APROBADO.

Balance de enero de 2018: dos sobresalientes, dos notables y un aprobado. No está mal para empezar. Hasta el mes que viene (y, por supuesto, mientras tanto vuestros comentarios  y sugerencias son bienvenidos y deseados, así que ya tardáis).

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