6 junio 2022
La siguiente historia data de los años ochenta, pero no he sabido de ella hasta hace unos días. La retuiteé, y visto la recepción que ha tenido he decidido contar la historia en mi blog. Repito que es una historia vieja, pero muy divertida. Si os interesa, aquí está el original en inglés, un artículo de 2015.
Cuando los físicos nos reunimos en un congreso internacional puede pasar de todo. Habitualmente tenemos sesiones de trabajo, a veces muy aburridas, otras no tanto, pero en general es bueno conocer personalmente a la gente de tu ramo. Es una de esas ocasiones en las que el contacto personal y las charlas de pasillo resultan incluso más productivas que las reuniones formales.
En 1986 la Americal Physical Society (APS) tenía un problema. Su reunión anual, programada inicialmente en San Diego, tuvo problemas de organización. La mayoría de los congresos científicos suelen ser sobre temas concretos y no tienen una gran asistencia, pero la reunión anual era sobre física en general, así que habría una montaña de asistentes. Como no había sitio suficiente en San Diego pasaron a la opción B: Las Vegas. ¿Por qué allí? Bueno, es un lugar acostumbrado a recibir montones de visitantes y sus hoteles-casino son tan grandes como bien equipados. Los organizadores escogieron el casino-hotel MGM Grand, un monstruo de 5,124 habitaciones, capaz de acomodar a todos los físicos (unos 4.000, según he leído) asistentes a la reunión.
Según Physics Today, el congreso de la APS de 1986 iba a ser todo un éxito. Durante cinco días (del 31 de marzo al 4 de abril) se celebraron más de 50 sesiones, incluyendo simposios sobre física de materia condensada, fisica química, física biológica, tres sobre dinámica de fluidos, física electrónica y atómica, entrega de galardones, de todo.
Por supuesto, resulta que los físicos también somos humanos y nos gusta viajar a otros lugares y hacer algo de turismo cuando acaban las sesiones, por no hablar de la buena comida, la piscina, las vistas a… bueno, mejor no sigo por ahí. Y aunque Las Vegas no sea Nueva York o París en término de riqueza cultural, tenía muchos casinos donde los físicos podían probar su suerte.
Cautro mil físicos en la mayor ciudad-casino del mundo. ¿Qué podría salir mal?
Os lo diré con un titular de un diario local pocos días después: Physicists in town, lowest casino take ever (Físicos en la ciudad; el peor resultado de un casino en su historia). Según dicho titular, tras la reunión el casino pidió a la APS que por favor se abstuviese de volver a celebrar ninguna reunión en la ciudad.
Supongo que estaréis pensando en esas historias de físicos, ingenieros o informáticos que saltan la banca con sus conocimientos avanzados: contar cartas, analizar estadísticamente los números de la ruleta, escáneres de infrarrojos y cosas así. Pues en este caso no van por ahí los tiros. Lo que hicieron los físicos de la APS fue algo que, aunque técnicamente legal, en la práctica no hace casi nadie que vaya a Las Vegas a pasar unos días.
Lo que hicieron fue no jugar.
No es casualidad que en Las Vegas los grandes casinos sean también hoteles, o al revés. El visitante recibe una habitación, buena comida, bebidas, todo a bajo precio. ¿Por qué? Porque se supone que luego se pasará por el casino, y entre unas manitas de póquer y las monedas de las maquinitas se dejará una buena pasta. Es decir, la estancia es barata para que puedas pulirte los ahorros en el casino, así que si no juegas eres un visitante que genera pérdidas. Los hoteles-casino lo aceptan porque saben que pocos visitantes dejan de probar suerte siquiera un poquito. Total, son unos pocos billetes contra la posibilidad de forrarte para siempre. ¿Por qué no intentarlo?
Pero los físicos de la reunión de la APS iban en otra onda. Tras la reunión se pasaban horas en los salones hablando, bebiendo y comiendo, pero sin apostar un céntimo, y eso al casino le costaba mucho dinero en ingresos.
Alguno podría pensar que esos miles de frikis de la ciencia estaban demasiado interesados en sus teorías y sus experimentos para entrar al salón de juego. Otros dijeron que muchos de los asistentes eran estudiantes demasiado pobres para pulirse la pasta en la ruleta. Pero yo creo que el motivo es otro. Lo que creo que pasó es que los físicos usan mucho las matemáticas y tienen perfectamente claro que a la larga es la banca la que gana. Las matemáticas te desmontan todas las creencias de los jugadores profesionales o amateurs. No hay rachas de suerte, los dados no tienen memoria, el negro no va a volver a salir sólo porque ya ha salido diez veces seguidas, la máquina no está “calentita” y a punto de dar el gran premio. Ningún método sirve.
Bueno, estrictamente hablando sí que hay un método. Lo leí una vez y es muy sencillo sobre el papel. La primera vez apuestas una cantidad fija, digamos un euro. A partir de ahí, depende de lo que pase la vez anterior: si en la apuesta N ganas, en la N+1 apuestas la mitad; si en la apuesta N-1 pierdes, en la N+1 apuestas el doble. Lo acabo de probar en una hoja de cálculo, y tras mil tiradas resulta que he ganado 1,1 billones de euros. Si os preguntáis por qué no estoy en Las Vegas ganando lo suficiente para pagar la deuda pública nacional y con lo que me sobre comprarle Twitter a Elon Musk, os diré que este método sólo funciona si la banca admite apuestas infinitamente pequeñas (o grandes), y si puedes apostar miles de veces; y el casino, que se sabe el truco, no te lo va a admitir.
En suma, para alguien que sabe de matemáticas la única estrategia ganadora es no jugar. Y eso es lo que hicieron los participantes en el congreso de la APS; o mejor dicho, lo que no hicieron. Según un comentario de una camarera del hotel, “cada uno de ellos se trajo una camisa y un billete de diez dólares, y ni se cambiaron de camisa ni cambiaron el billete”.
No está muy claro el rumor de que la APS haya sido desterrada de Las Vegas. Según la comisión de juego de Nevada, sólo 31 personas tienen la entrada prohibida en los casinos de Las Vegas, y ninguna es físico. Pero por otro lado, los físicos de la APS realmente no hicieron trampas. Es muy posible, eso sí, que cuando acabó la reunión los responsables del casino les dijesen a los organizadores de la APS que ha sido un placer, pero que por favor la próxima vez se busquen otro lugar para sus charlas de física.
Pues es una lástima, porque con mi método podría hacer saltar la banca. Justo ahora acabo de ganar un trillón de euros. En serio, ¿a qué espera el gobierno de España para nombrarme ministro de Economía?
«Bueno, estrictamente hablando sí que hay un método.» Ese método, que es muy viejo, solo funciona en teoría y no en la práctica, pero no por las razones que se dicen en el artículo: «este método sólo funciona si la banca admite apuestas infinitamente pequeñas (o grandes), y si puedes apostar miles de veces; y el casino, que se sabe el truco, no te lo va a admitir». La razón por la que no funciona en la práctica es que, ante una racha relativamente breve de perder, el método exponencial hace que nos quedemos enseguida sin dinero para apostar. Por tanto, el método es bueno para perder todo tu dinero, no para ganar.